Esta deficiencia es a menudo hereditaria (en el 95% de los casos) y está presente desde el nacimiento, aunque no se aprecie claramente hasta los 4 o 5 años.
El 35% de los padres y el 17% de las madres de niños hiperactivos lo son también y hay muchas probabilidades de que algún tío, tía o primo lo sean también.
En sus últimos estudios, los investigadores, han demostrado que menos del 5% de los hiperactivos lo son como consecuencia de una lesión adquirida, a causa de una falta de oxigeno en el nacimiento.
En la realización del diagnóstico, el electroencefalograma, descarta o confirma la epilepsia, que se da a veces entre los hiperactivos.
El scanneo cerebral permite ver si el niño tiene lesiones adquiridas en el cerebro.
La hiperactividad no tiene signos físicos claros que puedan verse por rayos X o en el test de laboratorio. Aunque el niño no muestre lesiones adquiridas en el cerebro, no existe seguridad de que no sea un niño hiperactivo.
En Norteamérica la mayor parte de los médicos se basan para su diagnóstico en los criterios fijados por la Asociación Americana de Psiquiatría para establecer un diagnóstico de hiperactividad.
Los criterios que siguen, sirven para diagnosticar los trastornos de la atención acompañados de hiperactividad.
Entre los menores de 6 años deben encontrarse 10 de los criterios, de 6 a 12, se deben encontrar 8 y a partir de los 12 años bajan a 6.
CRITERIOS:
1. - Se agita mucho o se retuerce sobre su silla.
2. - Tiene dificultad para quedarse sentado.
3. - Cualquier cosa lo distrae.
4. - Tiene dificultades para actuar cuando le toca si forma parte de un grupo.
5. - Responde a veces de manera intempestiva a las preguntas que se le hacen.
6. - Tiene dificultad para seguir las normas que se le dan.
7. - Es dificil para el realizar con atención una tarea.
8. - Pasa a menudo de una actividad a otra sin terminar ninguna.
9. - No juega con tranquilidad.
10. - Habla execisvamente.
11. - Interrumpe a los otros o se mezcla en su conversación.
12. - A veces parece que no escuche lo que se le dice.
13. - Pierde a veces su material de trabajo.
14. - Se entrega a veces a actividades peligrosas sin tener en cuenta las consecuencias.
Existen situaciones que pueden ser confundidas con la hiperactividad, por ello es necesario que sea un profesional el que valore cuidadosamente estos criterios, para ello además de la observación del niño tiene que recoger datos, que le proporcionaran padres y educadores a través de tests redactados exclusivamente para este objeto.
Las principales características del niño hiperactivo son cinco:
- La Atención
Aunque varía de unos niños a otros, en general tienen dificultades para fijar su atención en la realización de tareas, sobre todo si requieren mucho tiempo y son monótonas.
En la escuela tienen dificultades para fijar su atención en los trabajos escritos que requieren que permanezcan sentados. Realizarán con mayor facilidad las actividades físicas (deportes), manuales (dibujo, bricolaje, informática) ya que estas actividades se ajustan mejor con su forma de ser.
- La Impulsividad
El niño es incapaz de pensar antes de actuar, encuentra muchas dificultades para esperar su turno en las actividades de grupo, interviene en las conversaciones de los adultos expresando su opinión sin que nadie se la pida.
- La Agitación
No se manifiesta en el mismo grado en todos los niños hiperactivos, pero está claro que no controlan su actividad, se mueven continuamente y realizan movimientos inútiles que no tienen relación con la tarea que les ocupa en cada momento.
Un ejemplo típico es el niño que retuerce sus dedos o se rasca sin parar mientras mira la televisión.
Incluso cuando duermen, su sueño es agitado y se remueven continuamente.
- La Obediencia
Es difícil para un niño de estas características obedecer instrucciones y reglamentos, no soporta que se le contradiga y si esto ocurre, grita, golpea y llora, llegando a veces a tener una verdadera crisis.
- Variabilidad del rendimiento
- El niño no realiza sus trabajos con la misma rapidez y exactitud todos los días, lo que lleva a padres y educadores a la creencia de que el niño es perezoso cuando su rendimiento es menor.
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